Vie. Nov 22nd, 2024
El secretario de Gobierno, Martí Batres, en vez de odiar al diputado panista Federico Döring debería estar hasta agradecido con él. Si no hubiera sido porque desató los videoescándalos en 2004 donde se ve a René Bejarano amarrando fajos de billetes que le entregó Carlos Ahumada, Batres seguiría bajo el yugo del por eso bautizado Señor de las Ligas.
El secretario de Gobierno, Martí Batres, en vez de odiar al diputado panista Federico Döring debería estar hasta agradecido con él. Si no hubiera sido porque desató los videoescándalos en 2004 donde se ve a René Bejarano amarrando fajos de billetes que le entregó Carlos Ahumada, Batres seguiría bajo el yugo del por eso bautizado Señor de las Ligas.

Mensaje Político

Alejandro Lelo de Larrea

Los diputados de Morena expresaron ese dolor, esa gran molestia, porque no podían hacerlo abiertamente ni la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, ni el secretario de gobierno, Martí Batres. El PAN en el Congreso de la Ciudad de México lanzó una bola lenta y ni la vieron pasar.

Sheinbaum y Batres, temerosos del inminente regaño presidencial, otra vez en una especie de actitud golpista, quisieron impedir que se cumpliera lo establecido con la Ley Orgánica del Congreso. Y mandaron con argumentos “leguleyos” (palabra que le encanta a AMLO) a la coordinadora de los diputados de Morena, Martha Ávila, y a la vicecoordinadora, Guadalupe Morales, que exhibieron su gran ignorancia sobre lo que señala la Ley básica de su trabajo.

La instrucción era bloquear al flamante vicecoordinador (coordinador de facto) panista, el diputado Federico Döring, para que no pudiera asumir la Presidencia de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso local, en sustitución de Christian Von Roehrich, quien enfrenta una orden de aprehensión, por la cual acusan persecución política.

Y cómo no iban a estar molestos y dolidos en la 4T, si Döring es uno de sus opositores más incómodos, pues en 2004 protagonizó la difusión de los videoescándalos, a los que hace unos días se refirió el presidente López Obrador como el hecho político que más le ha dolido en su vida, porque pusieron en duda su honestidad.

El procedimiento de sustitución de Von Roehrich en la Jucopo es muy claro. Al PAN, como segunda fuerza política, le toca por Ley encabezarlo en este año. La Ley Orgánica dice en su artículo 38 que “las funciones de la o el Coordinador, en sus ausencias, serán asumidas por la o el Vicecoordinador inclusive en las sesiones de la Junta”. O sea, presidirla.

Por eso, el presidente del PAN en la CDMX, Andrés Atayde, designó a Döring como vicecoordinador del Grupo Parlamentario y ratificó a Von Roehrich como coordinador. En los estatutos de ese partido, siempre el líder local o nacional, según se trate, tiene la atribución de nombrar a los jefes parlamentarios.

Este hecho fue recriminado por Ávila y los morenistas, quienes acusaron que la dirigencia local se estaba entrometiendo en el Congreso de la CDMX. Error, porque los Grupos Parlamentarios tienen autonomía. ¿A poco a Morena le gustaría que intervengan en su vida interna?

En realidad, los morenistas sabían que, si se cumple la Ley Orgánica, el PAN puede decidir quién preside la Jucopo este año, porque a ellos les toca. El artículo 47 dice: “En caso de ausencia temporal o definitiva de la o el Presidente de la Junta, el Grupo Parlamentario al que pertenezca informará de inmediato, tanto a la o el Presidente del Congreso como a la propia Junta, el nombre de la o el Diputado que lo sustituirá. Las y los integrantes de la Junta podrán ser sustituidos temporalmente de conformidad con las reglas internas de cada Grupo Parlamentario”. Así o más claro.

La Jucopo es el órgano de gobierno del Congreso, y por ello se le puede considerar como una especie de “gobernador” a quien la preside. Ahí se avalan todas las decisiones legislativas, administrativas, políticas del legislativo local, muchas de las cuales ya no tienen que ser ratificadas por el Pleno.

En una actitud de bipolaridad política, Ávila ofreció una conferencia de prensa para decir que no reconocerían a Döring, pero llamaron al diálogo a los panistas.

El problema para Seinbaum y Batres es el regaño que del inquilino de Palacio Nacional porque los panistas les pusieron a Döring para “gobernar” el Congreso.

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