Glorieta de Colón
El diputado federal de Jalisco, Antonio Pérez –padre del piloto de F1 Checo Pérez– anda cada vez más movido para ser el candidato de Morena a la gubernatura de aquella entidad. El viernes pasado inauguró la “Casa Jalisco en la Ciudad de México” ante más de 250 invitados, entre los que destacó su amigo empresario Carlos Fastlicht, quien se sabe que tiene línea directa con el presidente Andrés Manuel López Obrador, con quien tiene una amistad de muchos años. Este apoyo es muy importante para las aspiraciones de Toño Pérez, porque significa la alianza con la televisora más importante del país, pues Fastlicht es el suegro de Emilio Azcárraga, propietario de ese consorcio de comunicaciones. Aunque por ahora supuestamente encabeza las encuestas entre los morenistas el también empresario Carlos Lomelí –amigo de Marcelo Ebrard–, por haber sido sancionado por la Secretaría de la Función Pública en 2020 y que comerció con fentanilo –hasta donde se sabe no de manera ilegal, pero ahora es muy mal visto–, lo dejarían fuera de la batalla y a Toño Pérez con muchas posibilidades.
Zamorano no rinde cuentas
Cuentan que el diputado ex presidente del Congreso de la Ciudad de México, el general de división en retiro Fausto Zamorano rehuyó rendir cuentas con los habitantes de la capital por haber violentado Ley y Reglamento de ese órgano legislativo al haber por haber permitido el ingreso de militares armados al recinto de Donceles y Allende, el viernes antepasado. Primero, a través de su hijo –¿el orgullo de su nepotismo? –, el subdirector de Comunicación Social del Congreso, Alejandro Zamorano, anduvo cabildeando entrevistas para justificar su actuar. Luego, al ver que las preguntas al general no serían a modo y sería cuestionado, prefirieron cancelar entrevistas. De todas formas, en algún momento el legislador tendrá que rendir cuentas del hecho que trastocó la inviolabilidad del Poder Legislativo en la capital del país. Lo veremos.